Una dieta sin lectinas ¿combate la inflamación?

Famosos e influencers como Giselle Bundchen o Tom Brady proclaman las bondades de una dieta dirigida a evitar la inflamación que propone eliminar del menú tomates, berenjenas, pimientos...

Esta dieta se centra en eliminar un químico del que quizá no hayas oído hablar y que no se encuentra en los alimentos que hasta ahora eran considerados los más dañinos para la salud como las carnes rojas, la comida rápida…, etc. por el contrario, la lectina la encontramos en productos nada sospechosos de ser perjudiciales, muy al contrario siempre han estado entre los más saludables y recomendados para una dieta sana como por ejemplo los tomates, las patatas, la soja, granos de cereales, las judías y los frutos secos.

La lectina es una serie de proteínas que se adhieren a carbohidratos específicos, es la intermediaria en la adhesión de bacterias y virus a las células. El gluten es una lectina.

Las lectinas tienen funciones biológicas en nuestro cuerpo, por ejemplo, regular los niveles de proteínas en nuestra sangre o controlar la adhesión de glicoproteínas a las células.

El cardiólogo estadounidense Steven Gundry, en su libro “La paradoja vegetal: Los peligros ocultos en los alimentos “saludables” que provocan enfermedades y ganancia de peso” puso el foco en este químico y a raíz de este libro surgió la dieta que consiste en eliminar la ingesta de alimentos ricos en lectinas como el maíz, las solanáceas (patata, tomate, berenjena o pimiento), la soja, la calabaza y el calabacín. Además, propone pelar y quitar las semillas de los alimentos vegetales que contengan lectina y cocinarlos a altas temperaturas. La dieta recomienda sustituir los vegetales eliminados con otros que no la contengan (o tengan muy poca), como las verduras de hoja verde, la remolacha, la coliflor o el brócoli. Además, la carne y el pescado están absolutamente permitidos...

Según el cardiólogo: "Las plantas solanáceas (como el tomate y la berenjena) son altamente inflamatorias". Esto entra en contradicción con todos los estudios hechos hasta la fecha, como el de los investigadores colombianos Navarrete, Alarcón y Palomo de la Universidad de Talca que coinciden en los efectos antiinflamatorios de este fruto.

Por el momento no se puede asegurar que la dieta que propone eliminar las lectinas no sea solamente marketing, en varios estudios, entre los que se encuentra el publicado por los investigadores Ivy M. Dambuza y Gordon D. Brown, de la Universidad de Aberdeen, o el de los científicos Kurt Drickamer y Maureen E. Taylor, del Imperial College de Londres, constatan el desconocimiento actual de las funciones de regulación y señalización inmune de las lectinas: "Cuestiones críticas siguen sobre la mesa, como entender cómo las respuestas de las lectinas son reguladas (lo que está sin estudiar), saber de qué forma las respuestas de múltiples lectinas son integradas y comprender cómo los polimorfismos y mutaciones de las lectinas contribuyen a las enfermedades en humanos".

Así que ¿que hacer? Según un artículo sobre esta dieta el bioquímico especialista en nutrición T. Collin Campbell que es una autoridad mundial en alimentación: "Es una pena que este tipo de absurdidad pseudocientífica cree tanta confusión. Se podría tener una discusión interesante sobre los efectos de las lectinas en nuestra salud, tanto buenos como malos. Pero este libro no la ofrece", también tira de un humor mordaz cuando escribe: "Lo primero es el título del libro, 'La paradoja vegetal'. Con lo que podríamos pensar: ¡Ajá, a lo mejor hay algo malo en el grano integral y todo ese galimatías vegetal! Sabía que había una razón por la que nunca me han gustado los vegetales y debería estar alimentándome de carne. ¡Este libro es para mí!".

En resumen, ninguna certeza científica aún sobre las bondades o perjuicios de esta dieta antiinflamatoria así que habrá que esperar más estudios con evidencias científicas que nos digan si funciona o no o probar por nuestra cuenta durante unos días y ver si hay o no mejoría.